El papel de pared amarillo es una recopilación de tres historias cortas de Charlotte Perkins con motivo del 80 cumpleaños de la célebre editorial Penguin. Esta entrega, la número 42, forma parte de los 80 “pequeños clásicos” que la editorial vende durante este año para celebrar su aniversario.
Las tres historias cortas escogidas son: El papel de pared amarillo, considerada como una de las primeras muestras del feminismo en la literatura inglesa, La mecedora, una angustiante historia de fantasmas y Agua vieja sobre sueños premonitorios. Todas las historias comparten un ambiente gótico y asfixiante que transforman acontecimientos cotidianos en fuente de angustia.
Como se trata de una colección de tres historias, voy a reseñar cada una de forma independiente para que quede más claro cual es mi opinión sobre ellas.
El papel de pared amarillo
Esta historia semi-autobiográfica nos presenta a una mujer del s.XIX que es diagnosticada por su marido, un reconocido médico, con depresión nerviosa. Como remedio le impone a su mujer la más absoluta inactividad. No debe hacer nada que le suponga un esfuerzo y desde luego tiene prohibido leer y escribir, pues son actividades que podrían alterar su ya de por sí frágil psique. Sin embargo, el obligado ostracismo y la ausencia total de propósito no ayudarán a mejorar a nuestra joven paciente sino que la empujarán a iniciar el camino hacia la locura.
Esta historia esta narrada en primera persona, a través de las entradas de diario que nuestra protagonista consigue escribir en los pocos momentos que o su marido o la criada no la están vigilando. Este punto de vista funciona de maravilla ya que nos permite ver desde la primera fila como nuestra protagonista va perdiendo la cordura. La forma en que este personaje, perfectamente normal en un principio acaba volviéndose loca es una de las mejores representaciones de la enfermedad mental que he visto en mucho tiempo y uno de los mayores aciertos de la historia.
Por otro lado, el hecho de que sea “la enferma” quien nos cuente la historia hace que esta sea todavía más agobiante, ya que el lector se da cuenta de lo que está pasando aunque la protagonista no lo haga. Esto consigue darle un tono, no de miedo, pero sí de desasosiego e inquietud a toda la historia y hace que su mensaje sea mucho más poderoso. Obviamente, la crítica hacia la situación de la mujer y como se trataban sus problemas (médicos en este caso) es otro de los puntos fuertes. Precisamente, la publicación de esta historia causó tanto revuelo que los psiquiatras norteamericanos empezaron a replantearse el tratamiento que ofrecían a las mujeres diagnosticadas con depresión.
La mecedora
Esta historia fue la que menos disfruté de las tres. La autora nos presenta aquí a dos amigos que deciden quedarse en un hostal porque desde la calle ven a una hermosa joven en una de las habitaciones. Sin embargo, el tiempo pasa y aunque pueden sentir a la joven por la casa nunca consiguen verla. Los dos amigos empezarán a pensar que el otro la esta viendo en secreto lo que volverá la relación cada vez más tensa.
En esta historia de nuevo volvemos a tener un narrador en primera persona que no se da cuenta de lo que ocurre mientras que el lector sí, haciendo todo más angustiante. La forma en que la relación entre estos dos hombre se va debilitando poco a poco y los pequeños detalles que la autora decide mostrar hacen la historia más creíble así como más desesperante.
Sin embargo, esta historia corta me pareció mucho menos redonda que la anterior. Por un lado, me parece que el final no está bien explicado, o al menos yo no lo terminé de entender, y por otro lado, lo que ocurre es demasiado obvio y ya te esperas como se van a desarrollar los acontecimientos. Tal vez, que sepas lo que va a pasar y no poder hacer nada por evitar el desastre es la forma de la autora de que la historia sea más asfixiante.
En general, me apreció una historia entretenida, bien escrita pero poco más.
Agua vieja
Nuestro protagonista masculino
Esta historia nos presenta a un joven poeta que mientras está de visita en casa de una de sus “fans” se enamora de la hija de esta. Sin embargo, a diferencia de la madre, la hija es un ser racional y que no está interesada para nada en la poesía ni las técnicas de conquista del poeta. Este tendrá por lo tanto que esforzarse mucho más para intentar conseguir la mano de la joven dama.
Esta es la única de las tres historias que no está narrada en primera persona. En su lugar tenemos un narrador en tercera persona que es básico para que no nos estropee el gran giro final. Después de leer esta historia, me di cuenta que la buena elección de narradores, no es coincidencia, sino que Perkins es capaz de ver que narrador funciona mejor para cada una de sus historias y sacarle el mayor partido.
Pero lo mejor, sin duda, es el final. Hay un giro sorprendente que a mí me dejo con la boca abierta, no sólo porque no me lo esperaba, sino porque supone una crítica tan feroz al matrimonio y a como se esperaba que se comportaran las mujeres en aquella época que me sorprende que no causara más revuelo.
En resumen, es una historia que parece banal pero tiene un gran mensaje y algún giro insospechado que la vuelven muy adictiva. Además, comparte ese tono gótico y hasta casi tétrico de las otras historias, lo que la hace ideal para una tarde lluviosa de otoño.
Puntuación General:4/5
¿Habéis leído alguna?
¿Os llaman la atención?
5 comentarios:
Hola, la verdad es que me llama la atención el primero, pero aún así, no sé si lo pueda leer =/
Gracias por la reseña
Hola! Me llama la atención, pero tengo tantos pendientes que de momento lo dejo pasar, aunque anotado para más adelante.
Besos!
Me ha gustado lo que he visto, creo que me dejare caer por aqui de vez en cuando (te sigo, ¿ me sigues?)
Hola!
La verdad es que me llama bastante la atención tanto el planteamiento de los relatos como lo que nos cuentas sobre ellos.
Un beso ^-^
Hola :)
Pues ni siquiera lo conocía xD Pero como he descubierto hace poco que me gustan los relatos, me lo apunto.
Saludos.
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