Ser pobre sin morir en el intento, versión literatura juvenil

Como estoy un poco atrasada con las reseñas he pensado traeros durante un par de semanas, reseñas conjuntas de libros que compartan algún punto en común  o que yo crea que tienen relación por algún motivo. Los libros de hoy son Diario totalmente verídico de un indio a tiempo parcial y Memorias de un niño campesino.

¿Qué tienen en común?

- Su protagonista es un niño de 12- 13 años

-Están narrados en primera persona en formato diario

- Ambos protagonistas pertenecen a ambientes de pobreza y marginación

- Con su mirada inocente ofrecen una crítica a la sociedad que los rodea

- Tienen un humor casi negro que trivializa los dramas de su vida

-Los capítulos son muy cortos y van acompañados de dibujos

Arnold Spirit Junior, de 14 años, nació y creció en la Reserva India Spokane. Es torpe, miope, hipermétrope, lleva las gafas torcidas y tiene una enorme cabeza, que siempre recibe collejas. Cuando logra hablar sin tartamudear, su defecto de pronunciación se nota aún más. Todos, excepto su mejor amigo, se burlan de él. Pero hay algo en lo que Junior destaca: su humor ácido para dibujar viñetas. Decidido a recibir una buena educación, Junior decide ir a una escuela fuera de la reserva, un instituto donde sólo hay estudiantes blancos. A pesar de que le acusan de haber traicionado a su pueblo, y de tener que soportar grandes tragedias, Junior afronta la vida con ingenio y humor y descubre una fuerza interior cuya existencia desconocía.

Arnold Spirit Junior es un chico con muy mala suerte. Además de tener toda una serie de defectos físicos que lo hacen el centro de burlas y complican su vida, Arnorld nació en la reserva india Spokane donde la pobreza y el alcoholismo son el pan de cada día. Sin embargo, a diferencia de todos los que le rodean, Arnold no ha perdido la esperanza de conseguir algo mejor. Por eso, incluso con todo el mundo en su contra, Arnold decide abandonar la escuela de la reserva y asistir a la del pueblo vecino. El problema es que a esa escuela solo asisten alumnos blancos y Arnorld tendrá que enfrentarse por primera vez a un ambiente donde él es la minoría.

Este libro, contado en formato diario, abarca el primer año de Junior (así es como lo llaman en la reserva) en el nuevo instituto. La historia es mayoritariamente lineal pero a menudo el protagonista incluye cosas que ya han pasado o explicaciones sobre otros personajes para que entendamos mejor la importancia de lo que ocurre. En este sentido, más que un diario, se podría decir que Junior nos ofrece una larga explicación sobre su vida  y sobre lo que significa ser un indio en la actualidad, lo que yo al menos desconocía.

El tono de la historia es bastante ligero incluso cuando ocurren eventos muy traumáticos (y os puedo asegurar que para los pocas páginas que son ocurren bastantes), pero precisamente ese mirar a la vida con optimismo, aceptar que hay cosas horribles que no puedes cambiar y que la gente solo lo está intentando vivir su vida lo mejor puede es lo que hacen a esta historia emotiva y enternecedora.  Además, Junior es bastante inteligente e incluso diría que irónico en algunos casos y su forma de narrar es tronchante. Yo me encontré riéndome más de una vez.

Yo durante todo el libro

Otro de los elementos que destacan son los dibujos que acompañan a los capítulos. Se supone que nuestro protagonista es un gran dibujante y esos son los dibujos que hace sobre su vida. Personalmente me parecieron increíbles porque todos ellos mostraban la realidad de Junior de forma divertida pero también muy crítica. La crítica social es una parte fundamental de la historia, no porque Junior la haga conscientemente, sino porque por la forma de contar las cosas y especialmente con la comparación que el instituto de blancos permite hacer, la reflexión es inevitable. Pero al mismo tiempo, y a pesar que la vida que lleva la gente en la reserva es horrible, Junior siempre consigue encontrar un toque de esperanza y mostrarnos que nada es blanco ni negro y que incluso en el peor de los lugares pueden encontrar cosas que te traigan felicidad.

Este terreno gris donde se mueve la historia es especialmente importante con los personajes. Todos, absolutamente todos, tienen múltiples facetas  lo que los hace extremadamente complejos. Por ejemplo, los padres de Junior son unos alcohólicos pero al mismo tiempo se preocupan mucho de sus hijos y los apoyan incluso cuando no entienden las decisiones que toman en la vida, o el profesor que anima a Junior a marcharse de la reserva que  intenta que sus alumnos tengan una vida mejor pero que ha pasado 30 años destruyendo la cultura de los nativos americanos. Esta complejidad es especialmente llamativa teniendo en cuenta que el libro está pensado para un público muy joven (12-14 años) y normalmente para esas edades se suelen simplificar bastante las cosas. La única excepción son, tal vez, los compañeros blancos de Junior que sin ser estereotipos, sí que se acercan más a los clichés habituales, pero sin que eclipse la calidad general del resto de la historia.

Pero no todo podía ser bueno. Toda historia tiene un pero y en este caso se trata de que algunos de los acontecimientos me parecieron un poco forzados. No quiero decir que todo le sale bien a nuestro protagonista porque el pobre tiene suficientes desgracias en su vida para parar un tren, pero sí que es cierto que sobre todo hacia el final, todo empieza a encajar con demasiada perfección. Me imagino que el autor querría dejar un mensaje positivo a los lectores y por eso hacia el final vemos que se solucionan todos aquellos problemas de la vida de Junior que tiene solución (porque el pobre mío tiene muchos otros problemas que  no se solucionarán nunca). No es un final donde todo sea perfecto pero sí es cierto que a mí me pareció tal vez demasiado optimista. Pero vamos, que esto es un detalle mínimo, comparado con la grandeza del resto de la historia.

En resumen, Diario completamente verídico de un indio a tiempo parcial es una historia agridulce, divertida y muy crítica que te divertirá al mismo tiempo que te mostrará que hay adolescentes que tienen que enfrentarse a problemas mucho más complicados de los que estamos acostumbrados. Un libro que te hará reflexionar sobre la raza, la clase social y lo que supone ser adolescente. Una lectura obligatoria.

Cita favorita



Puntuación: 4,5/5







Yo soy Balbino. Un niño de aldea. Como quien dice, un don nadie. Y, además, pobre. Porque de la aldea también es Manolito y no hay quien le tosa. Así empieza el relato de Balbino, un niño que nos describirá como es la vida de un niño de pueblo en la Galicia de los años 40.

Memorias de un niño campesino nos cuenta la historia de Balbino, un niño que vive en una aldea gallega en los años cuarenta. A lo largo de su relato, Balbino nos irá dibujando la realidad de la Galicia rural de aquel tiempo, las diferencias entre las clases sociales y las costumbres de la época. Al igual que Junior, Balbino pertenece a una familia que lo quiere pero que es muy pobre lo que lo obliga a pasar por circunstancias complicadas. Además Balbino es un niño inteligente que se cuestionará todo lo que ocurre a su alrededor, metiéndose por eso en más de un problema.

La historia esta narrada en primera persona y aunque los acontecimientos están ordenados cronológicamente, puede pasar bastante tiempo entre lo que sucede en un capítulo y el siguiente. En ese sentido, casi podría decirse que la historia recoge los pensamientos y reflexiones que tiene Balbino sobre los sucesos importantes de su vida. Por eso, la trama no es un factor importante en la historia. Los capítulos  podrían ser casi independientes ya que funcionan como pequeñas historias en la vida del protagonista. Para mí era como si Balbino me estuviera contando los recuerdos que tiene de esa etapa de su vida por eso solo aparecen lo más importante o significativo y no están relacionados en una trama completa, más allá del hecho que todos ellos en su conjunto son los que crean la vida y personalidad de nuestro protagonista.  Yo tengo que reconocer que lo disfruté mucho.

El tono de la historia, al igual que con Diario completamente verídico de un indio a tiempo parcial, es muy ligero pero tal vez por eso cuando Balbino nos narra las  desgracias a las que tiene que hacer frente estas se vuelven más amargas. El tono de resignación que asume Balbino en algunos momentos se mezcla con sus ganas de revelarse contra aquello que le parece injusto y acabará con nuestro protagonista teniendo un final de esos que te dejan el corazón un poquito más triste. Pero no sólo el final, la historia en general es muy emotiva porque todo le ocurre es tan injusto que no puedes evitar indignarte, llorar, maldecir y rendirte sólo en un par de líneas.

En cuanto a los personajes, no hay ninguno que esté especialmente desarrollado y muchos pueden considerarse como prototipos pero en este caso funciona perfectamente. Creo que al intención del autor no era tanto contar una historia sino reflejar una realidad muy concreta por lo que todos los personajes que aparecen en la historia no pretenden ser personas concretas sino tipos de personas perfectamente reconocibles: el terrateniente despiadado, la mujer piadosa o el comunista. Igual algún lector puede encontrarlo molesto pero para mí fue una de las virtudes de la historia porque convertían el relato de Balbino, no en la experiencia de un personaje sino en la experiencia de toda una comunidad en momento concreto de su historia. Creo que esos “clichés” permiten lo que V (en V de Vendetta) decía, que a veces se miente para decir la verdad.

Por último, quería destacar el estilo narrativo de la historia. Balbino utiliza un lenguaje muy simple pero también muy coloquial pero precisamente esa es la magia. Saber retratar con tanto detalle el lenguaje de todos los días sin que suene forzado y a la vez tenga algo de poético es terriblemente complicado. Sin embargo, la facilidad con la que corren las palabras en la historia hacen  que parezca como una hazaña sin importancia. Supongo que como ocurre con el montaje en el cine, se trata de un arte que cuando se hace bien se vuelve invisible y ya os aviso que en esta historia a Neira Vilas no lo vais a ver nunca. 

En resumen, Memorias de un niño campesino es un clásico que nos refleja la realidad de la vida en el rural gallego de los años 40 con humor pero también crítica social. Se trata de un libro muy cortito pero que engancha y emociona desde la primera línea. No os lo podéis perder.

Cita favorita

Puntuación:5/5

Como podéis ver, los dos libros me han gustado mucho lo que es curioso porque en general el formato diario/biografía no me suele llamar mucho la atención. Sin embargo, estos dos libros son tan realistas y transmiten tantas verdades que ni me daba cuenta del formato. Además, si nos hubiéramos perdido las maravillosas voces de Junior o Balbino, la historia de la literatura infantil/juvenil se habría perdido algo mágico.

¿Los habéis leído? ¿Os animáis a leerlos?

¿Cual es vuestro libro “diario” favorito?