Aunque los libros YA son mis favoritos, y los que más alegrías me dan, de vez en cuando apetece leer algo distinto. Up in the air había estado en mi radar por algún tiempo y como tampoco había visto la película decidí hacer un combo este fin de semana: libro+ peli en menos de 48 horas.
Ryan Bingham trabaja como Asesor de Transición Laboral, ayuda a la gente que ha perdido su empleo a entenderlo como una oportunidad para el crecimiento personal y espiritual; es decir, él es una mano ejecutora de recortes de plantilla. Este empleo le ha mantenido viajando durante años de aeropuerto en aeropuerto, hasta el punto de que le encanta el estilo de vida que lleva en «Mundo Aéreo», como él lo llama, un lugar fuera de lo terrenal donde las turbulencias afianzan los vínculos humanos. Pero Ryan no tiene relaciones personales, y tampoco un hogar permanente fuera de su mundo. Tras haber dejado su carta de renuncia en la mesa de su jefe, la única y última meta de Bingham parece ser conseguir un millón de millas como viajero habitual.
Un viajero habitual con la cabeza en las nubes y una maleta llena de carencias.
Up in The Air, la novela
No voy a mentir. Up in the air es depresivo, y no ese tipo de novelas depresivas que te dejan un regusto dulce como La ladrona de libros. No, Up in the air es del tipo de novelas depresivas que te dejan en tu habitación hecha un ovillo pensando que el mundo ya no tiene arreglo. Así de depresivo es.
La historia está contada desde el punto de vista de su protagonista, Ryan Bingham, quien como si un vendedor de coches usados se tratara intenta defender su estilo de vida. Sin embargo, a medida que va avanzando la historia, el lector puede ver cada vez más entre las grietas de su armadura y descubrir su triste realidad. Es precisamente desde la posición de Ryan que vemos como su mundo se va desmoronando poco a poco y aquellos que imaginaba gigantes no son más que hombres a los que se les empieza a caer la pintura si te acercas un poco.
Al mismo tiempo, mientras sus príncipes se convierten en ranas, es cuando la obsesión de Ryan Bingham por las normas del Mundo Aéreo (así es como llama al conjunto de aeropuertos, aviones y hoteles entre los que se mueve al margen del resto del mundo) aumenta. Estas normas autoinventadas eran lo único que daban estabilidad a su vida y poco a poco van desapareciendo también.
A lo largo de la semana que acompañamos a Ryan, se suceden encuentros con distintos personajes del mundo aéreo, cada uno más estrambótico y perdido que el anterior. En el Mundo Aéreo todos mantienen una distancia prudencial y pueden conservar su fachada de personas con éxito y con todo bajo control. En tierra y con más cercanía, los ves como realmente son, personas intentando soportar la soledad como pueden, con más intención que dignidad.
El autor, Walter Kirn, consigue muy bien con la narración en primera persona dotar a la historia de cierto aire de confusión. Las ciudades, los planes, las personas se suceden y más de una vez, necesitas parar y pensar, ¿dónde había visto a este personaje por última vez? Esta confusión, fruto del continuo movimiento del personaje, tiene incluso más sentido con la revelación final del libro.
Spoilers
Ryan Bingham sufre pérdidas de memoria cada vez más grandes y deja su trabajo para ingresar en un hospital donde posiblemente le diagnosticarán una enfermedad terminal. Sabiendo esto, la obsesión de Ryan con conseguir el millón de millas, es más compresible. Después de 10 años en esta vida y enfrentándose a la posibilidad de la muerte, lo único que le queda al protagonista son las millas conseguidas durante sus viajes y las cuales no podrá posiblemente disfrutar. Interesante ironía.
Fin Spoilers
Pese a todo y aunque el libro es interesante, nunca ha terminado de engancharme y más de una vez he tenido que hacer un esfuerzo para continuar leyéndolo. Tal vez es que todavía me cuesta asimilar la dureza de algunas realidades.
En resumen, Up in the air es un libro que reflexiona sobre lo que la soledad y la obsesión por el trabajo puede hacerle a una persona. Walter Kirn no teme mostrar la decadencia de ese estilo de vida y eso es precisamente lo que le da fuerza pero también carga de tristeza al libro.
Cita favorita
Ella me conoció justo cuando estaba empezando a volar y a desarrollar mi sistema para tener una vida compacta, un campamento portátil y ordenado. Me acusaba de pequeñez, de estrechez. No era justo. Si algo caracterizaba mi espíritu, era su enormidad. Vivía de una maleta porque las llanuras eran mías.
Puntuación 2/5
Up in The Air, la película
(con spoilers del libro y la película)
Up in the air es uno de esos casos donde “basado en …” quiere decir que gente en Hollywood cogió una idea que les gustaba y corrieron libremente con ella hasta que ya no se parecían en nada a la idea original.
La premisa en el libro se basa en acompañar a Ryan Binghman en su última semana en una empresa especializada en despidos, tras su dimisión. La película utiliza al mismo personaje Ryan que en lugar de dimitir, está más que contento con su trabajo pero se ve obligado a entrenar durante una semana a Natalie, la nueva empleada de la empresa.
Podría enumerar todos los cambios, que son muchos, entre las dos versiones, pero la forma más rápida de resumirlo sería que la película trata sobre lo que Ryan hace y el libro sobre lo que Ryan es. Durante la película, el trabajo de Ryan como ATL, una especie de encargado de despidos, es un punto fundamental. Sus esfuerzos por entrenar a Natalie en ese mundillo muestran su filosofía de no conectar con nadie. En el libro, Ryan podría haber sido un ejecutivo de una petrolera, un cazador de tormentas o un vendedor de anillos de graduación y hubiera dado lo mismo. Porque en realidad, no se trata sobre su trabajo, apenas se habla de despidos, sino de la vida que lleva y que seguiría llevando aunque se dedicara a otra cosa.
La película tiene tintes más cómicos y es algo más optimista. A lo largo de la hora y media acompañamos a Ryan en un proceso de descubrimiento sobre lo que realmente importa (las relaciones) y su intención a cambiar. En el libro, la única razón por la que decide abandonar su trabajo es porque se está muriendo y cuando tiene oportunidad de ayudar a su hermana Julie, quien huye días antes de su boda, está más preocupado por las millas que va a ganar que por la relación que tiene con esta.
Otro cambio fundamental es el de Alex, quien en la película lo impulsa a abrirse aunque al final no funcione. En el libro, Alex es una chica a la que despidió y de la que no se acuerda (posiblemente por las lagunas que le provoca su enfermedad) que busca una especie de venganza. Al final, Alex está tan rota por dentro como Ryan y lo único que pueden ofrecerse es un poco de compañía.
Mención especial se merecen las referencias que se hacen en la película a la enfermedad de Ryan pero que nunca llegan a explicarse. Me pareció un guiño interesante para aquellos que habíamos leído el libro y que le da la posibilidad de dos lecturas de la misma película.
En general, la película es una adaptación hollywoodiense y algo descafeinada de un libro que cuenta con mucha más fuerza por la oposición de sus personajes a cambiar ni un ápice una vida que los destruye. En la película, aunque el final es desalentador todavía permite lugar a la esperanza. Ryan es empujado a su antigua vida pero ahora él ha cambiado. La última escena con él mirando el cuadrante de los vuelos como si estuviera perdido muestra que ya no se siente tan cómodo en Mundo Aéreo como antes y el hecho de que tenga una vida por delante, le deja tiempo para abandonar. Tiempo que no tiene en el libro.
A pesar de todo, creo que los cambios que el director Jason Reitman, quien también fue guionista, hace con la historia original no están desencaminados. Sin duda la historia es mucho más accesible y permite cierto espacio para la redención aunque por el camino pierda un poco su esencia. Película totalmente recomendada aunque no se parezca al libro, o tal vez precisamente por eso.
Puntuación 3/5
1 comentarios:
Gracias por la explicación... La vi hace poco, jejdje pregunta existe Natalie en el libro? Saludos
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